La mejor forma de salir con éxito de un aquaplaning es prevenirlo.
Algunas acciones a tener en cuenta son:
- Estar alerta ante el inicio de las precipitaciones: los primeros momentos de la lluvia son los más peligrosos, pues la tracción de la rueda no suele ajustarse de inmediato al pasar de un suelo seco a un suelo húmedo, sino que lo hace gradualmente.
- Disminuir la velocidad: para minimizar riesgos y garantizar una máxima capacidad de adherencia del neumático al suelo, lo ideal es tener una velocidad baja y estable, que permita drenar el agua, especialmente si esta es abundante.
- Cuidar el estado de los neumáticos: mientras las ruedas no estén desgastadas y tengan los niveles de presión adecuada, su capacidad de tracción al suelo será mucho más efectiva y drenará el agua con mayor facilidad.
- Usar los frenos conscientemente: así como hay que disminuir la velocidad durante horas de lluvia, el frenado también debe realizarse de manera gradual y no repentinamente. También es aconsejable utilizar solo el freno trasero para maximizar la estabilidad del vehículo.
- Estar atento a la calzada: manchas de aceite, pasos de cebra, rejillas, placas metálicas y pintura de señalización, son superficies mucho más deslizantes que el asfalto. Al conducir en moto durante la lluvia, es preferible evitarlas.
La seguridad vial es responsabilidad de todos y los motoristas son conductores expuestos a muchos peligros, especialmente en condiciones extremas como la lluvia o el hielo. El aquaplaning puede traer consecuencias fatales para los que montan sobre dos ruedas y por ello es necesario extremar la prevención. Estar atentos al clima y a las condiciones de la vía, mantener en estado óptimo nuestros neumáticos y frenos, y acelerar controladamente disminuirá considerablemente los riesgos de sufrir aquaplaning.